Cómo ha afectado el confinamiento a tu hábito alimenticio
El confinamiento que ha tenido lugar los últimos meses producido por la pandemia del Coronavirus ha cambiado completamente nuestra rutina y muchos de nuestros hábitos, como por ejemplo el pasar más tiempo en la cocina haciendo recetas más elaboradas, el preparar la lista de la compra para salir las veces justas… En definitiva, lo que vienen a ser los hábitos relacionados con la alimentación.
Pero, ¿estos cambios son beneficiosos?
Aunque nos haría falta más información, los datos del “Análisis de consumo en el hogar” del Ministerios de Agricultura, Pesca y Alimentación indican que los alimentos más se han comprado son harinas y sémolas, snacks y frutos secos, bebidas espirituosas, cerveza, tabletas de chocolate y vino. Hay que destacar que ha tenido lugar un incremento de todos los alimentos en comparación al año pasado, pero los mencionados han incrementado más de un 60%.
Para poder responder, necesitaríamos saber exactamente el tipo y calidad del alimento que analizan. Porque…
- ¿las harinas que han aumentado más su compra han sido integrales o refinadas?
- ¿Los frutos secos eran los naturales o los fritos y salados?
- ¿Las tabletas de chocolate eran con leche o de más de un 75-82% de cacao?
A pesar de que no se disponen de datos reales sobre el impacto de la pandemia y el aumento de peso, los expertos estiman un incremento medio sobre el 5% en el peso de los niños y adolescentes tras el confinamiento. El consumo de los alimentos mencionados puede suponer fácilmente un extra de 200-250Kcal a la ingesta total diaria, y tras un mes suponer un aumento de 1Kg de grasa. Como bien explica Dr. Francisco Tinahones, presidente de SEEDO y jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario Virgen de la Victoria (Málaga), “el impacto va a ser diferente en función de la duración total del confinamiento absoluto y de la duración e intensidad en la que se realice el proceso hasta la normalización de la situación”.
Después de mencionar cómo ha sido el consumo de alimentos en las últimas semanas, puede ser que te des cuenta de que la cesta de la compra no es la que era, que sientas que la ropa se ha encogido en la lavadora y te preguntes cómo recuperar tus hábitos alimentarios.
¿Ahora qué? ¿Por dónde empiezo?
Lo primero es analizar que hábitos hemos modificado estas últimas semanas y pensar si estos nos aportan algún beneficio. Por ejemplo, si hemos cogido el hábito de tomar una cerveza mientras estamos preparando la comida, obviamente esto no nos interesa. Si, por el contrario, ha aparecido el hábito de organizar las comidas semanales y así poder preparar la lista de la compra con aquello necesario para la semana. Está claro que este hábito nos puede ayudar y es muy interesante que no lo modifiquemos.
¡Todo esto, con la finalidad de ser consciente!
Simplemente, reflexionar y pensar los cambios que se han producido y no nos interesan para llevar a cabo una alimentación saludable. Es momento de plantearnos objetivos reales, que se puedan alcanzar, y evitar la frustración por lo que ya hemos hecho.
¿Vale todo? ¿Cómo lo hacemos?
La respuesta a la primera pregunta es muy clara. ¡No vale todo! Hay que desconfiar de todos aquellos consejos, métodos y dietas que prometen una pérdida de peso muy rápida en poco tiempo, con unas medidas muy restrictivas tanto de alimentos como de un tipo de nutrientes y que no presentan supervisión de profesionales. Todas estas medidas — generan deficiencias nutricionales y problemas de salud, tanto a corto plazo como largo plazo.
Las pérdidas rápidas de peso, de más de 4 kilos al mes, no conllevan ningún beneficio y supone un riesgo para la salud. Por tanto, la forma de mejorar nuestra alimentación es realizando cambios en nuestros hábitos alimentarios y consultar con profesionales de la alimentación y la nutrición, como lo somos los Dietistas-Nutricionistas.
“Se puede disfrutar de la comida si se sabe cómo”
NoCol.: CV01064